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domingo, 14 de noviembre de 2010

Mario Conde y el caso Banesto

Lo tuvo todo y lo perdió. Este moderno rey Midas hizo una carrera meteórica desde las aulas de Deusto a la presidencia de Banesto, su cara era una de las más conocidas de la 'beautiful people' y casi se convierte en la alternativa a Felipe González. En los primeros años de la década de los 90, todos los niños querían ser Mario Conde.

Hijo de un inspector de aduanas, nació en Tuy (Pontevedra) el 14 de septiembre de 1948. En 1973, dos años después de licenciarse en Derecho, con sobresaliente, por la Universidad de Deusto, aprobó las oposiciones al Cuerpo de Abogados del Estado con el número uno de su promoción.

Tras ser un brillante abogado del Estado, trabajó en Toledo para Hacienda, pero en 1976 inició su aventura en la empresa privada, en los Laboratorios Abelló. Entonces, el experto jurista se transformó en un experto hombre de negocios.

Casado con Lourdes Arroyo, tiene dos hijos, Mario y Alejandra. Conde fue el protagonista de la operación económica más importante realizada en España hasta la década de los 80, cuando vendió el Grupo de Empresas Antibióticos S.A. a la multinacional italiana Montedison por 58.000 millones de pesetas.

Al frente de Banesto
 

Después, realiza una fuerte inversión en Banesto, se ofrece para 'salvarlo' y es nombrado presidente de la entidad en 1987. Cuando asumió el cargo, el banco tenía un agujero cercano a los 100.000 millones de pesetas. En 1989, los cerca de 300.000 accionistas de Banesto obtuvieron dividendos. En esta época, su popularidad alcanzó cotas inimaginables y obtuvo todo tipo de reconocimientos como el de la Universidad Complutense, que le nombró doctor 'honoris causa'.

Los problemas surgieron en 1993, cuando se hablaba ya de la mala situación de la entidad. El 28 de diciembre, el Banco de España intervino Banesto y le destituyó como presidente.

La intervención del Banco de España acabó con su sueño de llegar a la Moncloa y el millonario agujero de Banesto desveló sus trucos. Acusado de estafa y de haberse apropiado de 7.000 millones de pesetas, el 23 de diciembre de 1994 ingresa en la prisión de Alcalá-Meco, de donde saldrá un mes después tras depositar una fianza de 2.000 millones de pesetas que 20 meses más tarde se reduciría a 100 millones.
 
En marzo de 1997 es condenado a seis años de prisión por apropiación indebida de 600 millones de pesetas y por falsedad en documento mercantil. Es la sentencia del juicio 'Argentia-Trust', que quedó reducida a algo más de cuatro años, de los que cumple 17 meses en Alcalá-Meco.

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